top of page

Historia de la Hermandad

Santísimo Cristo de Valdelpozo

425 años de Historia,
de Fe, de emociones, de sentimientos

 

La Hermandad del Santísimo Cristo de Valdelpozo se fundó a finales del siglo XVI, exactamente un 15 de abril de 1590, Domingo de Ramos, en la villa de San Martín de Valdepusa, bajo la advocación de Cristo Crucificado, denominándose por entonces Cofradía del Santo Crucifijo de la Vera Cruz. 

 

La Cofradía es fundada en Cabildo General por los alcaldes de la villa Dº Miguel de Velorado, Juan de Herustes,  Alonso Romero y demás oficiales, para redactar las primeras Ordenanzas, siendo por aquel entonces Dº  Pedro Barroso de Ribera y Figueroa, X Señor de Valdepusa.

 

En el primer capítulo se estable la fiesta del Santo Crucifijo, que ha de celebrarse el 3 de mayo, de manera que en dicho día nadie podía trabajar.

 

La Cofradía estaba formada por  hermanos y cofrades labradores.

 

El día en que cayera la fiesta, los hermanos y cofrades debían de juntarse al oír replicar las campanas de la Iglesia, y salir desde la Ermita en Solemne Procesión, llevando la Imagen de Nuestra Señora, las insignias de la cofradía y en andas el Santo Crucifijo con las hachas que tuviere.

 

En la Iglesia se decía misa cantada con toda solemnidad y el hermano que faltase a la misa y a la procesión debía pagar media libra de cera.

 

El Mayordomo, Priostes, Escribano, Visitadores y Diputados debían traer a la Iglesia ramos y paños para adornarla.

 

Durante la procesión del 3 de mayo se hacían 5 estaciones de penitencia por la Iglesia, por el Rey, por la salud del pueblo, por los Cofrades vivos y por las ánimas del purgatorio, y los que estén en pecado mortal.

 

En las Ordenanzas también se establecían otras  fiestas:

 

La festividad del Corpus Christi saliendo en procesión con el Santo Sacramento, llevando las cruces, el pendón y las hachas de cera colorada.

 

La festividad de la Visitación de Nuestra Señora, el 2 de julio,  pues esta fiesta se celebraba en la villa con gran interés  y el día de la Cruz de septiembre, estando todos los hermanos obligados a asistir a misa y después salir en procesión alrededor de la Iglesia.

 

Se establece también la celebración todos los viernes primeros de mes misa, tradición que ha llegado hasta nuestros días.

 

Llegada la Semana Santa los cofrades procesionaban la noche del Jueves Santo desde la Ermita haciendo estación de penitencia donde estuvieran las cruces las cuales eran cinco en reverencia a las cinco llagas de Cristo.

 

El mayordomo estaba obligado a colocar las Cruces para las estaciones, de no ser así este debía de pagar la pena de media libra de cera.

 

Durante la procesión del Jueves Santo, los hermanos se dirigían a la antigua  Ermita de San Sebastián, hoy desaparecida, en la cual tenían que entrar por una puerta y salir por la otra y desde allí al calvario para bajar de nuevo a la Iglesia y finalizar la procesión en la Ermita.

 

En estas primeras ordenanzas los hermanos y cofrades estaban obligados a tener cada uno su túnica negra con su capirote e insignia del Santo Crucifijo.

 

Para entrar en la cofradía el escribano de la misma debía exhortar sin hacer juramento alguno.

Esta exhortación decía así:

 

Hermano, mirad que prometéis  que estaréis todos los días de vuestra vida en esta Hermandad y Cofradía del Santo Crucifijo en nombre de Dios, la cual tomáis para el servicio de Dios Todopoderoso, y deshonra del enemigo infernal y en honra de nuestra Cofradía cuya advocación tenemos en la Iglesia del Señor San Martín de esta villa, o en otro cualquier lugar e Iglesia de la dicha Cofradía. Y que los cofrades de ella fueron ayuntados a hacer sus fiestas y ordenanzas, hacer y ordenar sus Cabildos devoción y disciplina del Jueves Santo. Y que guardareis toda pro y honra de la dicha Cofradía, y cofrades de ella, y que donde vieres su provecho se lo allegarais, y el daño se lo quitarais, y que seréis obediente a todos los capítulos que en esta regla tenemos, y los que en ella ordenaren adelante por nuestro Cabildo, hermanos y oficiales, y por nuestros diputados o por la mayor parte de ello, so penas ordenadas en los capítulos de  esa dicha nuestra regla contenidas. Y que seréis obediente a todas las cosas que nuestros Priostes, Visitadores, Mayordomo, Escribano y Diputados os mandaren y los demás oficiales siendo cosas tocantes al servicio de Dios Nuestro Señor, y de nuestra Cofradía, y que haréis vuestra casa llana y abonada a nuestro peón, o Mayordomo y oficiales para que tomen las prendas por mandas, o deudas que debieres a esta Cofradía, y que tendréis secreto a los Cabildos que se hicieren que no lo diréis a nadie lo que fuere concertado.

 

A lo cual el hermano debía decir: Así me obligo de cumplir.  

 

 

Cuando se reunía el Cabildo General ninguno de los hermanos y cofrades podía hablar sin tener en la mano la Cruz, aquel hermano que hablara sin ella debía de pagar la pena de cuatro maravedíes. Tampoco podía hablar uno mientras otro hermano estaba hablando bajo la misma pena anterior.

 

También estaba penado meter cualquier tipo de arma en el Cabildo bajo pena de un real.

El cofrade o hermano que hablara mal de la Cofradía era apartado de por vida de la Cofradía, pagando la pena de cuatro libras de cera para la arcas de la Cofradía

 

Estas primeras ordenanzas fueron redactadas por el entonces escribano de la Cofradía del Santo Crucifijo de la Vera Cruz, Francisco Gómez.

 

El 25 de junio de 1762 Dº Luis Antonio Fernández de Córdoba (1696-1771), Arzobispo de Toledo, Conde de Teba, Primado de las Españas y Canciller Mayor de Castilla aprueba las nuevas Ordenanzas, redactadas el 15 de noviembre de 1761, de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Valdelpozo, a petición del cura de la villa de San Martín, José de Casas y demás cofrades de la villa, a efecto de renovar y restablecer la Cofradía pues esta estaba a punto de extinguirse por falta de culto a la Venerada Imagen.

 

En estas Ordenanzas se mantiene la tradición de mantener el 3 de mayo el día de la Fiesta del Santo Crucifijo, saliendo en procesión al oír replicar las campanas de la Iglesia. Durante la procesión de volvían a hacer las mismas 5 estaciones que fueron establecidas en 1590.

 

Una vez acabada la procesión en la Ermita del Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Valdelpozo se hacía una misa cantada y si fuera posible de decía un sermón. Aquel hermano que faltase sin excusa a la procesión y después a la misa pagaría la pena de dos reales.

 

En esta Ordenanzas también se  realizaban otras tres fiestas, la Exaltación de la Cruz el 14 de septiembre, la Procesión de los Santos Reyes.  Cada hermano que no asistiese debía pagar la multa de medio real.

 

La festividad del Corpus Christi estaba muy arraigada en la Hermandad, por ello se establece que cada festividad se celebre "para siempre jamás" asistiendo los hermanos a Misa Mayor y después en solemne Procesión salían con sus crucifijos y el Pedón (estandarte), junto con las hachas y el Santísimo Sacramento por las calles de San Martín de Valdepusa.

 

Como se puede apreciar en estos años la Festividad de la Visitación de Nuestra Señora que se celebraba el 2 de julio se había perdido.

 

Se mantiene los viernes primeros de mes Misa Cantada por los hermanos vivos y difuntos de la Hermandad.

 

El Cabildo General estaba establecido el Domingo de Ramos por la tarde, para ello se convocaba a todos los hermanos mediante el toque del campanillo de la Ermita tres veces, la primera al medio día, la segunda una hora después y la tercera tocando a vísperas en la Parroquia. Obligados todos los hermanos a asistir estos eran nombrados debiendo responder "aquí está" sin que otra persona pudiera responder por él.

 

En cumplimiento con lo establecido en las Ordenanzas, los Cofrades de la Luz que llevaran la Santa Imagen y las hachas debían de llevar la túnica negra y los Cofrades de disciplina o sangre  debían de llevar túnicas blancas (se azotaban la espalda), el resto de hermanos debían de llevarlas negras. Si algún hermano no tenía túnica debía de ponerse al principio de la Procesión para no ir mezclados.

 

Todos aquellos hermanos que quisieran pertenecer a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Valdelpozo, debían solicitar su entrada en un Cabildo General, siendo el señor Abad y los oficiales de la Cofradía quienes tenían la facultad de de admitirlos. Para ello el hermano debía tener cumplidos la edad de catorce años, porque al parecer al admitirlos de menor edad esto había perjudicado a la Cofradía. Podían apuntarse dos clases de cofrades, los Cofrades de la Luz (túnica negra) que debían de pagar  dieciocho reales y los Cofrades de Sangre, que debían pagar nueve reales y no dejar de azotarse al menos que este ya fuera anciano o estuviera enfermo. Aquel hermano que quisiera pasa de ser Cofrade de Sangre a ser Cofrade de la Luz, debía pagar nueve reales y así se cumplían con los dieciocho reales de la entrada.

 

En 1762 para poder ser hermano se le leía la siguiente Exhortación:

 

Hermano, mirad que estaréis todos los días de vuestra vida en esta Cofradía, del Santo Crucifijo en nombre de Dios lo cual tomáis para servicio de su Divina Majestad, y deshonra del Enemigo infernal, y honra de nuestra Cofradía cuya advocación tenemos en esta Ermita de Santísimo Crucifijo de la Vera Cruz de Valdelpozo, y guardareis toda honra al Señor Abad de la Cofradía, sus oficiales, y Cofrades, que donde viereis su provecho le seguiréis, y su daño evitareis; y que seréis obediente a todos los Capítulos que en esta regla tenemos, y los que en ella en adelante se ordenares por nuestro Cabildo con aprobación de Juez competente solas penas contenidas en los Capítulos de esta nuestra regla, y seréis obediente a todas las cosas que el Señor Abad, y demás oficiales de ella, os mandaren siendo cosas tocantes al servicio de Dios Nuestro Señor, y bien de nuestra Cofradía y que haréis vuestra casa llana, al peón de la Cofradía, y oficiales para que tomen las prendas, por mandas, o deudas que debiereis a nuestra Cofradía, y en caso que resistáis la entrega de los maravedís, o prenda, se hará recurso al Juez Eclesiástico competente para que os precise por censuras al pago de la manda o multa, y demás gastos que con vuestra resistencia ocasionasteis, teniéndole por justo el Juez a que se recurra, y que tendréis secreto lo que por nuestro Cabildo se determine.

 

A los cual se diga: Así me obligo de cumplir, y sea luego recibido por los cofrades.

 

Estas Ordenanzas fueron redactadas por el notario apostólico Gregorio Muñoz.

 

Durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814), los vecinos de San Martín de Pusa para salvar al Santísimo Cristo de la invasión del ejército francés deciden esconder la talla en el pozo que hoy todavía se conserva junto a la Ermita.

 

Para ello bajan al Cristo de su altar y desclavan de la Cruz, cortan los brazos y esconden la talla en el pozo que se encuentra junto a la Ermita. Pasada la guerra los vecinos sacan al Stmo. Cristo del pozo, que milagrosamente se encuentra flotando sobre las aguas completamente seco. Vuelven a juntar sus brazos y de nuevo en la Cruz vuelven a elevarle al altar.

 

En 1814, exactamente un 14 de diciembre, Eusebio Ruiz natural de San Martín de Pusa, escribe a Dº Francisco Antonio Cebrián y Valda (1797- 1815), Patriarca de las Indias y Obispo de Orihuela, para expresarle que en la Villa de San Martín de Pusa  se venera la Milagrosa Imagen del Santísimo Cristo de Valdelpozo, a la que profesan todos los Sanmartileños.  Es por ello que por ejemplo el Cardenal Francisco Javier Delgado Venegas (1714-1781) y otros Señores Obispos habían concedido 220 días de Indulgencias a todos los que rezasen un Credo delante de la Imagen.

 

A lo que Dº Francisco Antonio contesto con lo siguiente:

 

Concedemos cuarenta días de Indulgencias a todos los fieles que devotamente rezaren un Padre Nuestro, o Credo o hiciesen Acto de Fe, esperanza y caridad, teniendo a la Bula de la Santa Cruzada y rogando por las necesidades de la Iglesia y del Estado.

 

En el 1822 durante el Trienio Liberal (1820-1823), la Cofradía tenía las siguientes tierras a su nombre:

 

  • Un olivar en la matalobo

  • Un olivar en las cabreras

  • Una tierra en el valle de valverde

  • Una viña en el cerrillo

 

Sus bienes inmuebles quedaron aplicados al crédito público por lo que fueron declarados bienes nacionales sujetos a su inmediata desamortización y subastados por el Estado.

Idéntica suerte corrió unas tierras que estaban a nombre de la Ermita de Nuestra Señora de la Bienvenida, actualmente desaparecida.

 

El 9 de enero de 1894 , Fray Cirilo (1781-1872) Cardenal de Alameda y Brea, Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, Canciller Mayor de Castilla y Capellán de la Iglesia de San Isidro de Madrid, aprueba los nuevos Estatutos de la Cofradía del Santísimo Cristo de Valdelpozo.

 

En el artículo 1º de estos Estatutos se la denomina como Cofradía del Santísimo Cristo de Valdelpozo, perdiendo el nombre que antaño se la conociera como "Santo Crucifijo de la Vera Cruz" y " Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Valdelpozo"

 

Se sigue conservando pues así lo manda la tradición la fiesta del Santísimo Cristo el 3 de mayo, siendo festivo para los hermanos y sus familias.

 

En el artículo 4º  se indica el proceder para la celebración se su fiesta. El 2 de mayo víspera, a las tres de la tarde se reunían todos los hermanos en la Ermita, y con las hachas procesionales se acompañaba al Stmo. Cristo hasta la Iglesia, donde se le cantaban solemnes vísperas.

 

El 3 de mayo por la mañana se cantaban con solemnidad, Tercia con Manifiesto, Misa y Sermón. Por la tarde, antes de la Procesión se le cantaban segundas vísperas. A continuación se realizaba la Solemne Procesión por el Itinerario que actualmente seguimos utilizando.

 

El Stmo. Cristo de Valdelpozo sólo podía salir de su Ermita los días de su fiesta, o cuando hubiera una calamidad pública.

 

El Cabildo General, que en las Ordenanza anteriores estaba establecido el Domingo de Ramos por la tarde, pasa en estos Estatutos a ser cualquier Domingo del mes de Febrero y en él se renovaran todos los cargos de la Cofradía que eran un vicepresidente, cuatro primeros mayordomos y cuatro suplentes, un secretario, un vicesecretario y un depositario.  El que fuera nombrado para desempeñar alguno de los cargos anteriores de la Cofradía no podía renunciar a ello, salvo por imposibilidad física y moral.

 

Para poder pertenecer a la cofradía, los hermanos que lo solicitasen debían de tener buena conducta. Para ello quien quisiera pertenecer a la Cofradía debía dirigirse por medio del presente escrito:

 

Señores Presidentes y Mayordomos de la Cofradía del Santísimo Cristo de Valdelpozo. Fulano de tal de tantos años de edad, residente en esta Villa deseoso de ser hermano de la expresada Cofradía del Santísimo Cristo, enterado y leídos que le han sido sus Estatutos se conviene y obliga a su exacto cumplimiento por lo que a Ustedes suplica se sirvan admitirle en la vacante que resulta en esa corporación.

​

La Cofradía solo podía estar compuesta por cincuenta miembros, sin contar con el Párroco.

 

En las procesiones y demás actos que la Cofradía tuviera a lo largo del año debían llevar las hachas en dos filas, colocándose en último lugar el Vicepresidente y Mayordomos, portando también el Estandarte y los Cetros.

 

El caso de que se disolvería la Cofradía esta acordó dejar los Cetros a favor del Stmo. Cristo, los demás efectos y las hachas deberán ser guardadas en la Ermita.

 

Se establece que todos los hermanos deberán llevar pendiente de una cinta morada al cuello, una Cruz con la Imagen del Santísimo Cristo de Valdelpozo, tradición que hoy actualmente mantenemos.

 

Para la admisión de los hermanos, estos tenían en cuenta que este no fuera mayor de los cincuenta años y debían de tener buena conducta.

 

Se establece por primera vez que el 4 de mayo se mande decir una misa cantada por vivos y difuntos que deberá se costeada por la propia Cofradía, debiendo de asistir todos los hermanos aunque no estaban obligados.

 

Estos Estatutos fueron redactados un 11 de noviembre de 1863, Festividad de San Martín de Tour.

 

Entramos en una época muy dura, la proclamación de la II República y el estallido de la Contienda Civil. La Iglesia y la Ermita, serian saqueadas y las imágenes profanadas, para terminar la mayoría de los casos incendiadas, destruyendo libros y documentos de archivo de muchísimo valor. En nuestro caso, la Imagen del Santísimo Cristo de Valdelpozo, realizada en madera entre los siglos XV - XVI, que sería en la actualidad, unas de las tallas más importantes en valor patrimonial y cultural de la zona de Talavera y la Comarca de la Jara.

 

Pero para nosotros además de todo esto, era el valor sentimental y espiritual que la mayoría de los Sanmartileños tenía. Fue descolgado de su altar de mala forma, seguro que entre mofas y burlas, y en la misma plaza que lleva su nombre es quemado en una hoguera, devorado por las llamas. 

 

Tras la conclusión de la contienda civil, la Cofradía encarga la actual talla del Santísimo Cristo de Valdelpozo, procesionando por primera vez en 1940, recibiendo la misma devoción y cariño de todos

los Sanmartileños. 

 

En 2015, con motivo de la restauración de la Imagen se encuentra en la talla la firma del autor (actualmente se desconocia) y según las investigaciones realizadas se trata de una obra del Escultor e Imaginero Dº Ricardo Font Estors (1893-1982), hijo del tambien Escultor e Imaginero Francisco Font Pons. La talla del Stmo. Cristo fue realizada en Madrid Capital en el taller que Dº Ricardo tenia en la C/ Viriato, 18. Cabe destacar que entre sus obras se encuentra el Cristo de los Alabarderos de Madrid y el Stmo. Cristo de la Buena Muerte de La Carolina (Jaén) con el que guarda gran parecido.

 

En la actualidad, nuestra Hermandad se rige por los Estatutos en conformidad con la instrucción Pastoral de 20 de Marzo de 1975, publicada en el Boletín Oficial del Arzobispado de Toledo de Abril de1975. Estos Estatutos, que son los vigentes, previo expediente de Inscripción en el Registro de Entidades Religiosas de la Dirección General l de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia, fueron aprobados el 6 de diciembre de 1.986, con mandato especial del Excmo., y Reverentísimo Señor Cardenal Arzobispo, por el Vicario General del Arzobispado de Toledo, Don Rafael Palmero Ramos.

 

Por todo esto expuesto, nos encontramos ante una devoción que cumple 425  años de  historia, agradeciendo la labor desempeñada por nuestros antepasados a los largo de estos años, que han

hecho posible que a día de hoy nos sintamos orgullosos del SANTÍSIMO CRISTO DE VALDELPOZO

 

Concluimos con la siguiente plegaria que con tanta devoción los vecinos antiguamente le decían:

 

¡SANTO CRISTO DE MI PUEBLO, QUE DÍOS EN TU FÉ ME TENGA!

 

Autor: Juan Pérez Gutiérrez

Con la aprobación de la Junta Directiva para su publicación en la web

 

En San Martín de Pusa a 15 de abril de 2015, con motivo del 425º Aniversario Fundacional de la Hermandad del Santísimo Cristo de Valdelpozo

Imagen antigua del

Stmo. Cristo de Valdelpozo

​
En el año 1590, se le llamaba "Cristo de la Vera Cruz" luego
"de la Vera Cruz de Valdelpozo" y como se le conoce actualmente Cristo de Valdelpozo.

 

Hermanos del Cristo

​
En el año 1590,  los Hermanos del Cristo estaban obligados a llevar

túnica y capirote negro, según las ordenanzas publicadas el 15 de ese mismo año.

Luis Antonio Fernandez de Cordoba, Conde de Teba,

Arzobispo de Toledo

​
Aprobo las nuevas Ordenanzas de la Cofradia del Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Valdelpozo, en la Villa de San Martín de Pusa el día 25 de Junio de 1762.

Francisco Antonio Cebrián y Valda, Patriarca de las Indias,

Obispo de Orihuela

​
Concedio 40 días de Indulgencias a todos los fieles que devotamente rezaran un Padre Nuestro, o Credo o hiciesen acto de Fe.

14 de Diciembre de 1814.

Fray Cirilo, Cardenal de Alameda y Brea,

Arzobispo de Toledo

​
El 9 de Enero de 1864, él fue quien aprobo los nuevos Estatutos de la Cofradía del Cristo, donde ya se le denominaba "Santísimo Cristo de Valdelpozo", que fueron redactados el 11 de Noviembre de 1863 Festividad de San Martín.

Antigua Ermita de

San Sebastián

 

​Durante la procesión los hermanos se dirigían a la antigua  Ermita de San Sebastián, en la cual tenían que entrar por una puerta y salir por la otra y desde allí al calvario para bajar de nuevo a la Iglesia y finalizar la procesión del Jueves Santo en la Ermita.

Procesión Extraordinaria del

Stmo. Cristo de Valdelpozo

 

Los vecinos de San Martín, sacarón al Stmo. Cristo en rogativas pidiendo agua.

Dedo del antiguo

Stmo. Cristo de Valdelpozo

 

​Dedo que se conserva en la Ermita del Stmo. Cristo, a los pies de la talla actual.

Fue donado por Dª Carmen Fernández de Córdoba, junto con el relicario que se observa en la imagen.

Stmo. Cristo de Valdelpozo

 

​Procesión del 3 de mayo de 1940

Por 1ª vez procesiona la talla actual

 

Antiguo grabado del Stmo. Cristo

 

Imagen del Stmo. Cristo de Valdelpozo que se venera en la Villa de San Martín de Pusa.

 

Dibujo Dº Pedro Matilla y grabó

J. Zamora,Año 1880. Madrid

 

 

Dº Ricardo Font Estors

(1893-1982)

 

Escultor e Imaginero, madrileño  hijo del también escultor Francisco Font Pons, catalán afincado en la Capital de España.

Tenia su taller en Madrid cuya dirección era  la calle Viriato, 18.

 

Fajín del antiguo Cristo

 

Donado por Dª Paula Garcia en 1928

 

bottom of page